La expresión popular “zapatero, a tus zapatos” es un refrán que hace referencia a la idea de que cada quien debería opinar solamente sobre aquello que sabe, y abstenerse de manifestarse en aquellos asuntos que no le incumben o no entiende.
Esta expresión gira en torno a la idea de la intromisión, y se le dice a la persona que busca inmiscuirse en cuestiones ajenas.
En este sentido, también funciona como advertencia para que tengamos en cuenta que solo debemos opinar y ocuparnos de lo que sabemos y entendemos.
También sería aplicable al intrusismo que llevamos sufriendo varios años muchos profesionales de la salud, entre ellos nosotros los fisioterapeutas.
Ahora más que nunca, se está viendo en la sanidad mundial la importancia de la presencia de la fisioterapia en los hospitales, y sobre todo en las UCIs (Unidad de Cuidados Intensivos). Su importancia no es menor a nivel particular. La población está experimentando múltiples dolores y patologías que no se acaban de resolver con reposo y AINEs (antiinflamatorios no esteroideos) como el Ibuprofeno, sino que la causa reside en el exceso de reposo, por decirlo así, que estamos viviendo los últimos meses. Sumado a otros factores como el estrés psicológico, la mala alimentación, el miedo, la angustia, la incertidumbre, las malas posturas, la falta de ejercicio físico…
Es por esto, que hay que conocer y valorar correctamente a qué profesional nos debemos dirigir para según qué problemas de salud estemos manifestando. De la misma forma que no pediríamos al informático que nos arreglara la caldera, o al mecánico que nos vendiera su mejor abono para nuestras plantas; no debemos caer en la trampa de acudir a nuestro médico por dolores musculares y que nos receten Paracetamol o Ibuprofeno. O acudir al masajista para que nos cure el dolor, debido a que no tiene las competencias necesarias.
Cuando existen problemas de salud y dolores musculo-esqueléticos (musculares, articulares, tendinosos, ligamentosos…) hay que acudir a un profesional cualificado, al fisioterapeuta. Que habrá estudiado, por lo menos, 4 años de carrera (más todas aquellas formaciones y masters) y podrá brindarnos el diagnóstico más específico y el tratamiento que más se adapte a nuestro problema.
No caigamos en la trampa del intrusismo y la publicidad engañosa. Se trata de nuestra salud. No hay nada más importante.
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