El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso.

Es la reacción de su cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios el estrés puede ser positivo, por ejemplo, en situaciones en las que nos ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite. Pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede dañar su salud.

De acuerdo con el evento estresante, la manera del cuerpo a responder al estrés es mediante el “sistema nervioso autónomo”. El sistema nervioso “simpático” da lugar a la respuesta de lucha o huida. Debido a que el cuerpo no puede mantener este estado durante largos períodos de tiempo, el sistema nervioso “parasimpático” tiene tendencia a hacer regresar al cuerpo a condiciones fisiológicas más normales o “homeostasis”.

Respuesta fisiológica:

La respuesta fisiológica, o lo que cabría esperar como normal, al estrés afecta a 3 sistemas que dependen los unos con los otros: el sistema endocrino, nervioso e inmunológico. El estrés activa una parte del sistema límbico relacionada con los componentes emocionales del cerebro. La respuesta neuronal se transmite al hipotálamo, que actúa de enlace entre el sistema endocrino y el sistema nervioso.

Sistema endocrino: Una respuesta hormonal (CRH) que estimula a la hipófisis para que secrete a la sangre otra hormona (ACTH) que estimula:

  • La médula suprarrenal: para que secrete adrenalina y noradrenalina. Permiten la movilización de energía en tiempos cortos (lucha o huida).
  • La capa externa o corteza: para que secrete cortisol, efecto antiinflamatorio y aumento de la presión sanguínea.

Sistema nervioso: Estimula los nervios sensoriales y las glándulas suprarrenales para inducir a una respuesta inmediata al estrés.

Sistema inmunológico: En determinadas situaciones de estrés, el funcionamiento anómalo de la hipófisis puede provocar secreciones en exceso, confundiendo al sistema inmunológico.

Respuesta Psicológica:

El estrés y las emociones tienen muchísima relación. Algunas respuestas de tipo emocional que se presentan en personas afectadas por el estrés pueden ser abatimiento, tristeza, irritabilidad, apatía, indiferencia, inestabilidad emocional, etc.

Factores Desencadenantes:

Los llamados “estresores” o “factores estresantes” son las situaciones desencadenantes del estrés y pueden ser cualquier estímulo: externo o interno, tanto físico, químico, acústico, somático o sociocultural; que de manera directa o indirecta propicie la desestabilización del equilibrio dinámico del organismo.

Entre estos factores desencadenantes podríamos señalar estímulos ambientales, percepción de amenaza, aislamiento, presión grupal, frustración, relaciones sociales complicadas, adicciones, enfermedades, etc.

Consecuencias del Estrés sobre los Diferentes Sistemas:

Síntomas físicos: opresión en el pecho, hormigueo o mariposas en el estómago, sudor en las palmas de las manos, palpitaciones, dificultad para tragar o respirar, sequedad en la boca, temblor corporal, manos y pies fríos, tensión muscular, dolores de cabeza, presión arterial alta y aumento de la frecuencia cardíaca, disminución o aumento de peso, acidez o dolor de estómago, diarrea o estreñimiento, fatiga, etc.

Síntomas emocionales y psicológicos: inquietud, ansiedad deseos de llorar y/o nudo en la garganta, irritabilidad, enojo o furia constante, deseos de gritar, golpear o insultar, miedo o pánico, preocupación excesiva, pensamiento catastrófico, sensación de que la situación nos supera, dificultad para tomar decisiones y/o concentrarse, disminución de la memoria, lentitud de pensamiento, cambios de humor constantes, depresión, disminución de la autoestima, etc.

Síntomas conductuales: moverse constantemente, risa nerviosa, rechinar los dientes, tics nerviosos, problemas sexuales, dormir en exceso o sufrir de insomnio, etc.

Otros síntomas relacionados: obesidad y sobrepeso por el exceso de comida, o porque el cortisol tiende a acumular grasa. Menstruaciones irregulares por la alteración del equilibrio hormonal. Disminución de la fertilidad por aumento de la encima α-amilasa, que está relacionada con problemas para quedarse embarazada, etc.

Como podemos observar, el estrés tiene una repercusión muy amplia e importante sobre numerosas estructuras del cuerpo. Desde la CLÍNICA FISIOTERAPIA DE BADALONA podemos ayudarte a hacer frente a algunas de estas consecuencias del estrés. Podemos ayudar en los casos de cefaleas, menstruación irregular o disminución de la fertilidad, ardor de estómago, disnea, tensión muscular de espalda, cuello y mandíbula, etc.

Pero, sobre todo, podemos realizar una equilibración del sistema nervioso autónomo para alcanzar de nuevo la homeostasis del cuerpo. Esto lo podemos realizar mediante técnicas que van encaminadas a estimular el sistema nervioso parasimpático, de forma que baje la intensidad del sistema simpático, el cual está activando y perpetuando el estrés, como hemos visto al principio de este post.

Esto tiene una repercusión muy importante, por ejemplo, en los deportistas, debido a que el exceso de simpático bloquea la acción recuperadora y reparadora del parasimpático, haciendo al deportista más susceptible a sufrir lesiones o de cronificar las ya existentes.

Aunque no sólo si eres deportista debes cuidar el estrés. Hoy en día, con nuestros estilos de vida ajetreados y caóticos todos somos susceptibles a sufrir de estrés y todas las consecuencias que hemos descrito.
Por tanto, si tienes estrés y presentas algunos de los síntomas que hemos visto o quieres mantenerte sin él, ponte en contacto con la CLÍNICA FISIOTERAPIA DE BADALONA para que podamos evaluar la situación y ofrecerte la mejor y más efectiva solución posible.

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